Las librerías modernas son muy distintas a cómo lo fueron algunos siglos atrás. El zapatero James Lackington “inventó” el concepto que ahora conocemos.
“Si hubiera pagado una cena, la hubiéramos comido mañana, y el placer habría terminado pronto; pero si viviéramos cincuenta años más, podríamos seguir disfrutando de los Pensamientos Nocturnos [de E. Young] durante todo ese tiempo”. Con estas palabras, redactadas por el propio James Lackington en sus memoirs, el acomodado librero explicaba cómo al llegar a Londres con su mujer gastó su última media corona en un libro de poesía en vez de en comida. Y aunque resulte una visión demasiado idealista del mundo, lo cierto es que Lackington trazó su carrera desde lo más bajo, criado casi en las calles, hasta lo más alto, siendo millonario. Y todo gracias a una visión preclara, una mente inquieta y una capacidad de soñar como solo algunos de los mayores genios han tenido en toda la historia de la humanidad. Gracias a todo esto, el legado de James Lackington perdura a día de hoy. Y seguirá haciéndolo.
Origen: James Lackington, el inventor de las librerías que se hizo millonario